El moañés regresa para medir las fuerzas con el delantero espanyolista.
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Se enfrentan en Balaídos el peor local y el segundo peor visitante de la categoría.
El empate cotiza a la baja esta noche en Balaídos, algo normal viendo que el Celta es incapaz de ganar en casa y que el Espanyol todavía no se ha estrenado a domicilio .
Los vigueses son, junto al Cádiz, el peor local de la categoría, mientras que los pericos son el segundo peor visitante, sólo superado por el colista Levante. Además, los últimos cinco enfrentamientos entre celestes y blanquiazules se solventó con tablas. Todo lo que no sea una X, será una sorpresa.
La necesidad aprieta más al Celta, en deuda con su afición y con miedo clasificatorio. Tienen cuatro puntos de colchón sobre el descenso, pero las expectativas eran otras bien distintas y la experiencia de los últimos años machaca al celtista. Entre las permanencias recordadas está aquel partido esperpéntico en Cornellà ante un descendido Espanyol. Nada que ver esa salvación con la de 2013, cuando Aspas le rompió la cintura a Colotto. Precisamente, el regreso del moañés es la alegría de la semana. El eterno salvador celeste vuelve tras la jugada maestra de provocar la quinta amarilla al saberse lesionado en la acción del gol ante el Valencia.
Si hablamos de gol, esa palabra tiene nombre y apellidos en el Espanyol: Raúl de Tomás. El principal rematador de LaLiga (50 disparos) suma ocho goles y dos asistencias, lo que significa que participa en más de la mitad de los tantos de su equipo. RdT llega descansado tras no participar en la Copa para medirse a un rival que le trae extraordinarios recuerdos. Su único hat-trick en Primera fue ante el Celta. Lo consiguió con la camiseta del Rayo en enero de 2019 (4-2), cuando la pandemia sólo se encontraba en la ficción. Y parece ayer
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