Debido a las restricciones sanitarias, el tradicional desfile que habitualmente recorre el centro de Madrid se ha sustituido este año por un austero acto militar en el patio del Palacio Real.
Los Reyes Felipe y Letizia han presidido este mediodía el acto del Día de la Fiesta Nacional, marcado por la pandemia y celebrado en medio de un clima de tensión política.
En el Patio de la Armería del Palacio Real se han reunido todos los miembros del Gobierno con las autoridades madrileñas, las más altas autoridades del Estado y la cúpula de las Fuerzas Armadas. Mientras cientos de ciudadanos se congregaban en la calle con abucheos al Ejecutivo y vivas al Rey.
Debido a las restricciones sanitarias impuestas por el coronavirus, el tradicional desfile que habitualmente recorre el centro de Madrid se ha sustituido este año por un austero acto militar en el patio del Palacio Real, el mismo lugar donde el pasado mes de julio se celebró el homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus.
En este escenario ha tenido lugar el primer encuentro entre el presidente Pedro Sánchez y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desde que el Gobierno decretara el estado de alarma en la región el pasado viernes. Ambos han compartido un corrillo con el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida; la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya; mientras esperaban la llegada de los Reyes y sus hijas.
También han tenido oportunidad de compartir conversación el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias; y el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes; junto al presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y la presidenta del Senado, Pilar Llop.
Vivas y abucheos
El acto de Estado ha estado acompañado de continuos vivas al Rey y silbidos y abucheos al Gobierno por parte de centenares de personas congregadas en los alrededores de este recinto.
Desde más de una hora antes de que comenzara el acto (el único que ha tenido lugar este año con el fin de evitar aglomeraciones ante la pandemia de coronavirus) se han ido sumando en los alrededores del palacio grupos de personas, algunas de ellas con banderas de España.
Se han situado tras las vallas que conformaban un perímetro de seguridad en torno al edificio y han recibido con silbidos la llegada de los coches oficiales en los que se desplazaban los ministros.
Conforme se ha ido acercando el inicio del acto, han arreciado esos silbidos y abucheos, y han coreado gritos de «¡fuera! ¡fuera!», «Gobierno dimisión» o «Sánchez dimisión».
También ha habido algún grito de «asesinos» y otros en los que se ha pedido «libertad» como respuesta a la decisión del Gobierno de decretar el estado de alarma en Madrid ante la evolución de la pandemia y en contra de la voluntad del Gobierno autonómico.
Las voces de desaprobación al Ejecutivo se han podido escuchar desde la Plaza de la Armería del Palacio Real durante todo el desarrollo del acto por el 12 de octubre, que han presidido los Reyes y al que ha asistido el Gobierno en pleno excepto la titular de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, por un compromiso oficial en Luxemburgo.
Una vez iniciado el evento se han multiplicado los vivas al Rey y a España que también se habían escuchado en sus prolegómenos, y se han oído con especial énfasis al término de la interpretación del himno nacional.
El acto ha durado algo menos de una hora y ha consistido en un izado de bandera, un homenaje a los que dieron su vida por España, una imposición de condecoraciones y un breve desfile terrestre.
Los aplausos de las personas que se han congregado en los alrededores de palacio se han repetido al paso de los militares que han participado en el desfile así como cuando la Patrulla Águila del Ejército del Aire ha sobrevolado el Palacio Real formando con su estela los colores de la bandera de España.
Al término del acto, gran parte de los ciudadanos que se han acercado a los alrededores han permanecido a la espera de que salieran los miembros del Gobierno y el resto de autoridades del Estado.
Conforme abandonaban el recinto en sus coches oficiales han vuelto a escucharse vivas al Rey y, de nuevo, silbidos, abucheos y gritos contra los miembros del Gobierno y pidiendo la dimisión de su presidente.