El Villarreal tropieza ante el Huesca y continúa sin ganar en el estreno liguero desde 2014. Gerard igualó de penalti el gol de Maffeo. Hubo tres tantos anulados.
Los fuegos artificiales que había en torno al Villarreal de Emery quedaron en nada. El Submarino decepcionó en su puesta de largo. La maldición amarilla de no ganar en la primera jornada continúa. Desde 2014 no vence el Villarreal en la primera jornada. El Huesca, recién ascendido, pescó en La Cerámica con un partido más que aseado. Se adelantó en el marcador, sufrió para empatar y pudo llevarse el triunfo en el último instante tras un gol anulado a Pulido. Al Villarreal también le dejaron sin validez dos dianas.
Emery tiene trabajo por delante. El vasco tiene que poner en marcha una máquina repleta de invidualidades, de nombres con talento, velocidad y gol. Pero de momento, está muy lejos de eso. Coquelin (se marchó lesionado de la rodilla) y Parejo defraudaron en la sala de maquinas, los laterales sufrieron más de la cuenta y sólo se salvó el de siempre: Gerard Moreno. El catalán apareció en todas y sólo él remó contra todo los elementos.
El Huesca, con el bloque del ascenso, no se arrugó en La Cerámica. Aprovechó las expectativas que había en torno al proyecto amarillo para asustar con un ejército de hormigas trabajadoras. Vamos, un equipo. Andrés, con pasado amarillo, demostró que conoce a la perfección a Gerard y Alcácer, con los que ha hecho la pretemporada, para hacer dos buenas paradas al poco de empezar. El Villarreal estaba incómodo y Maffeo, con sólo cuatro días en Huesca, marcó un buen gol tras dibujar una diagonal y definir con clase con la zurda. Juan Carlos y Ferreiro eran demonios. Antes del 0-1, el colegiado ya había anulado dos goles al Villarreal, ambos por fuera de juego. Alcácer y Albiol fueron cazados por un línea con ojo de halcón. El Huesca, con el gol, creció. Incluso, dominó el choque hasta que llegó el descanso.
La segunda parte fue otra historia. Míchel se vio cerca de la victoria y prefirió amarrar el resultado. Quitó del campo a Juan Carlos y Ferreiro y ahí se acabó la fiesta. Maffeo, que iba para héroe, se vio inmerso en un penalti por unas manos que señaló el VAR. Gerard, de penalti, encontró el premio a su talento. El final fue una locura. Pudo ganar cualquiera. Pulido marcó, pero en fuera de juego. Fer Niño, en la última, se topó con un Andrés que fue clave en el punto que amarró el Huesca y prolongó la maldición amarilla en los inicios.