Canales y Tello hicieron los goles asistidos por el capitán del Betis.

El Valencia no tuvo nada que ver con el equipo que se vio frente a la Real Sociedad.

Joaquín y Canales fueron de líderes en Mestalla, el Betis se fue a dormir siéndolo de la Liga. Gracia lanzó su moneda y le salió cruz. Nada que ver su Valencia con el de Anoeta. Quizás la de este sábado sea más su realidad, porque su equipo recordó al que fue contra el Huesca y por momentos también ante el Levante. Pellegrini lanzó la suya y esta vez le salió cara. Desde luego los suyos se van al parón olvidándose de Getafe. El chileno acertó en cada una de sus decisiones y con ellas sacó las vergüenzas del Valencia. Los goles de Canales y Tello, tras sendas asistencias de Joaquín, certificaron lo que fue un dominio bético sin paliativos. De no ser por Jaume, los de Gracia se van de Mestalla goleados. Lim tiene 48 horas de mercado por delante para decidir si este año quiere susto o muerte.

Gracia tiró mano de la experiencia allá donde pudo, porque en defensa no tenía más donde elegir. Pero lo único que aportaron al equipo Gameiro, Guedes y Jason fue un aumento de la media de edad de los 23,3 años de Anoeta hasta los 25,6 de este sábado. Nada más. Pellegrini también tiró de años, los de Joaquín (34º Valencia-Betis que se metió el gaditano entre pecho y espalda), y dio galones de titular a Tello, que tenía la misión de buscarle las cosquillas a Thierry  Correia y se las encontró. La presencia de Tello en el carril izquierdo implicó que el chileno reubicara a Canales, que dirigió a la orquesta bética desde el centro.

Está claro que Pellegrini acertó de lleno en todas sus decisiones. Joaquín se gustó de principio a fin, sacrificándose como un mozuelo en defensa y firmando otras dos asistencias a su eterna carrera; Tello fue quien puso la puntilla al partido con el 0-2 y Canales quien desmembró al Valencia desde la media. El primer gol fue consecuencia de su talento; su criterio, la causa del dominio bético.

Canales campó a sus anchas en gran medida porque el Valencia le dejó hectáreas de pasto para circular. Gracia trata de hacer sólidos a los suyos por acumulación de gente alrededor del área de Jaume y ello conlleva que un cerebro como el de Canales tuviera tiempo para pensar. Luego uno tiene que saber qué hacer con el balón, pero eso él lo lleva de serie. Como prueba la sutileza con la que picó el balón al borde del área con la pierna izquierda para superar la entrada de Wass y su inmediato remate con la derecha, que tras golpear ligeramente en la pierna de Jason, se coló en el fondo de la red.

El Valencia volvía a verse en casa nadando contracorriente, como el día del Levante, y siendo sometido por el rival, como le pasó ante el Huesca. Mestalla vacío se le cae encima a los blanquinegros y es territorio dócil para sus adversarios (dos derrotas y otros tantos empates tras el confinamiento). Por más que Bartra arrastrara la mochila de una tarjeta desde el primer minuto, ni Maxi ni Gameiro le exigieron como para temer por la expulsión. Las apariciones ché se limitaron a un gol anulado al principio de la velada de Guedes por fuera de juego de Maxi en el origen de la jugada, un par de disparos lejanos de Wass y otra ocasión del uruguayo tras la única acción digna de Guedes, que volvió quedar señalado por Gracia cuando le sustituyó en el minuto 55 por Álex Blanco.

El Valencia solo vivió más allá del 0-1 de Canales gracias a Jaume. El de Almenara privó del gol a Sanabria en un par de ocasiones, adivinó las intenciones de Fekir en una falta al borde del área, repelió un remate a bocajarro de Canales… y así fue achicando agua como buenamente pudo hasta que Tello, tras una excelsa jugada de Joaquín, dijo hasta aquí hemos llegado y finiquitó un partido que solo tuvo dos colores: verde y blanco. Cómoda victoria del Betis, imagen para la reflexión la del Valencia. Lo dicho, 48 horas tiene Lim pensárselo bien. Es lo que hay.