El argentino, con un doblete, liquida a un Almería que no perdía en Gran Canaria desde 2006. Las Palmas suma 9 puntos y enciende todas las alarmas de su rival.
A base de goles anda Araujo. El delantero argentino, en franca decadencia desde aquella gloriosa temporada 2014/15 con Las Palmas, parece empeñado, a base de goles, en recuperar el tiempo perdido. Esta tarde, con un doblete, se bastó él solo para que Las Palmas aniquilara a la U.D. Almería, que no perdía en Gran Canaria desde 2006.
De no ser por el delantero argentino, la primera parte del duelo entre Las Palmas y Almería le hubiera ganado la batalla al mismísimo tedio. Y eso que los primeros minutos tuvieron algo de intensidad y buenas intenciones, pero fue puro efecto efervescente, poco más que fuegos de artificio.
Parecía que el dominio lo tenía el Almería y suyo fue el primer intento, en el minuto 5 por medio de Akieme, pero Valles no tuvo problema alguno para atajar el flojo disparo que le vino desde la frontal del área. Poco después, en una jugada prácticamente aislada, Sergio Ruiz, mirlo blanco captado por los despachos de Las Palmas, le mandó una caricia a Sergio Araujo con el exterior de su bota derecha, que dejó a este en el corazón del área rival. Le bastó un recorte y un tiro al palo corto, perfecta definición, para hacer el 1-0 y marcar su segundo gol del curso. ¿Conato de redención del Chino? Eso parece.
Entre que la U.D. Almería no reaccionó y que Las Palmas parecía de momento dichosa con el marcador a favor, el partido llegó a ser por momentos un suplicio para el espectador. Se veía un duelo de aspavientos que no llegaban a nada. Sin embargo, bien pudo ampliar su ventaja la formación gran canaria en el minuto 23 cuando Araujo dejó a un acelerado Pejiño solo delante de Fernando, pero el disparo del extremo sevillano se fue al muñeco.
Apenas tenían trabajo los porteros, y el que les llegaba ni se podía considerar tal, como un nuevo disparo desde la frontal del Almería, en este caso por medio de Samu, al que Valles puso coto sin mayores problemas cuando el descanso ya llamando a la puerta.
En la segunda parte, con todas las cartas expuestas sobre la mesa, Las Palmas supo manejar perfectamente los tiempos de un partido que tenía controlado aunque tampoco es que fuera excesivo su protagonismo. Le ponía buenos deseos el Almería, pero lo cierto es que Valles vivió una tarde más plácida de lo que seguramente imaginó.
Los muchachos de Pepe Mel, bien pertrechados atrás aunque poco exigidos, se dedicaban a esperar el momento crucial para asestarle un zarpazo al partido. Bien lo puedo hacer Pejiño, que se zafó de Maras en un gesto de malabarista en el minuto 68 para, con todo a favor, estampar el balón en el larguero de un atónito Fernando.
Las Palmas no se desesperaba, esperando paciente, hasta que Kirian le puso con la cabeza un balón franco a Araujo para que este, a la primera, alojara la pelota en la portería rival con un trallazo que tocó en el larguero, imposible de parar en cualquier caso. Con este doblete, parece el argentino, ahora sí, empeñado en reescribir la historia.
Esta tarde, dos delicias suyas le dieron a Las Palmas tres puntos que saben a gloria, nueve de momento en el campeonato. Al Almería, con tres derrotas consecutivas, se le encienden todas las luces rojas.
Por ahora, Sergio Araujo suma tres goles en el comienzo de su particular viaje al pasado, aquel en el que pilotó a los suyos a Primera División, lugar privilegiado en el corazón de Gran Canaria. Y es que, a base de goles, anda Araujo.