El Castellón llegó a empatar por medio de un cabezazo de Gálvez. Golazo del argentino, que ya suma cuatro. Las Palmas, tercera victoria del curso.
Cuestión de tendencias, Las Palmas continúa al alza. Tras perder en Leganés en la primera jornada, los muchachos de Pepe Mel acaban de sumar contra el Castellón la tercera victoria del curso tras seis jornadas disputadas. Como su equipo, Araujo parece lanzado, hoy de nuevo marcando un gol de hermosa factura, otro más para la colección. En medio de una inmensa tromba de agua, el argentino y Rober neutralizaron el gol de Gálvez y el ímpetu de equipo de Óscar Cano, demasiado indolente en ataque. En cualquier caso, nada que reprocharle esta tarde en cuanto a esfuerzo. Que no es poco.
Ni que tuviera un efecto efervescente, rápidamente se evaporó el dominio inicial de Las Palmas, con Clemente y Pejiño llevando la batuta, clamando el primero por la oportunidad de jugar perdida en semanas anteriores. El segundo, a pase del canterano del Atlético de Madrid, casi inaugura el marcador en el minuto 7, pero remató muy flojo teniendo casi toda la portería para él.
Parecían los muchachos de Pepe Mel empeñados en llevar el ritmo del partido, pero el Castellón hizo de la paciencia su principal virtud. Así, el primer tiro a puerta de la formación visitante, obra de Rubén Díez, no llegó hasta el minuto 22, en cualquier caso muy fácil de parar para un atento Valles.
Las huestes de Óscar Cano dominaban por entonces claramente la posesión, pero ambos equipos estaban igual de sosos en ataque, ni rastro de ocasiones de gol, 0-0 al descanso más que cantado. La lluvia hizo acto de presencia a base de bien en Las Palmas de Gran Canaria y el juego se entorpeció sobremanera, lo que no impidió a Araujo sacarse un disparo de la nadaque, de no mediar la pronta reacción de Campos, hubiera supuesto el 1-0 cuando el descanso estaba al caer.
No cesó la tromba de agua tras el descanso, sino todo lo contrario. En medio del infierno acuático en el que se convierte un partido de fútbol en estas condiciones, si alguien podía desatascar el duelo era Sergio Araujo, que sigue de dulce, empeñando, cinco años después, en volver a ser el que era. Así, en el minuto 49, el delantero argentino cazó un pase largo de Fabio para plantarse en el pico derecho del área de Campos y lanzarle, con rosca, un balón imposible al palo largo para hacer el 1-0 y sumar su cuarto gol del curso, en la cabeza ya de la tabla de goleadores de Segunda. Ni que fuera un héroe caído en combate, molestias musculares en su pierna derecha le obligaron a pedir el cambio poco después.
Pese al aguacero, los cambios introducidos por ambos entrenadores le dieron algo de atractivo al partido, pero fue el Castellón quien cogió el timón del encuentro. Así, era cuestión de justicia que llegara al menos un empate que consiguió en el minuto 66 tras una falta botada por Mateu que Gálvez ubicó con la cabeza, de manera impecable, en el fondo de la portería de Valles.
Pese a que Las Palmas le cedía el dominio al conjunto levantino, fue el propio equipo insular quien más méritos hizo, al menos por ocasiones, para adelantarse en el marcador. Bien pudo hacerlo Kirian, cuyo disparo desde la frontal rozó el poste derecho de Campos. Sin embargo, fue Rober, suplente esta tarde, el encargado de hacer el 2-1 tras aprovechar, consecutivamente, un buen pase de Ruiz y un error de colocación de Satrústegui para fusilar con la pierna izquierda y adelantar a Las Palmas.
Con este marcador, y ante las circunstancias climatológicas adversas, parecía normal, como así sucedió, que el Castellón intentara el asedio a la portería de Valles, en todo momento con más ganas que acierto. Una vez más, la ocasión más clara llegó del bando amarillo, ahora por medio de Clau, que se plantó en el corazón del área rival pero tropezó dejándose el balón atrás.
Así se escribió la historia de un partido que confirma la buena de mano de Pepe Mel en un equipo al alza, capaz de ganar en diferentes condiciones, y que el Castellón ha venido para quedarse y dar mucha guerra.