Partido con muchos nervios en la zona caliente. El Huesca se adelantó y pudo pasar en la tabla al Eibar, pero Diop lo evitó poco después para firmar unas tablas que benefician más al colista.

El fútbol es un deporte imprevisible, como se vio en Ipurua en el choque ente el Eibar y el Huesca. Dos equipos más que necesitados de puntos que finalmente se pueden conformar con el empate, en vista de que ambos podrían haber ganado, pero también podrían haberse metido en más problemas en caso de derrota. Diez minutos en la segunda parte voltearon los corazones de las dos aficiones, que se tuvieron que conformar con un empate que visto lo visto sabe menos mal a los de Ipurua.

Ambos equipos arrancaron la primera mitad sin ningún miedo y con ganas de ir a por los tres puntos. Los altoaragoneses venían de lograr dos victorias en los últimos 4 partidos, mientras que los locales sabían que debían hacerse fuertes en casa para salvar la papeleta. Los primeros minutos fueron realmente trepidantes, con un cara a cara que hacía prever un partido vibrante. Un toma y daca que fue bajando de intensidad a medida que pasaban los minutos.

Las ocasiones más claras, eso sí, fueron para los locales, con un incomprensible fallo de Kike García cuando remataba en el área pequeña sin oposición, y un remate al larguero de Pedro León al filo del final de la primera mitad. Dos acciones, sobre todo la primera, que podían haber decantado la contienda.

Tras el descanso parecía que ambos equipos querían aguantar el resultado, pero bien es cierto que el Huesca se vino arriba en una segunda mitad en la que el miedo se apoderó de unos locales que, si bien no creaban peligro, tampoco veían peligrar el empate Inicial. Hasta que Sandro adelantó a los de Pacheta volteando no sólo el resultado sino la clasificación..

Ahí llegó el espíritu de los locales que igualaron la contienda pocos minutos después con una gran testarazo de Diop a la salida de un córner. Dos minutos sirvieron para vivir fuertes emociones en Ipurua. De hecho Álvaro impidió la remontada armera a poco más de cinco minutos para el final. De ahí al final, muchas ganas y poco acierto, en un partido que, si bien no salva a ninguno, al menos deja a ambos con vida de aquí al final del campeonato.