El gallego marcó el gol 104 en Primera igualando el récord goleador de Hermidita, pero no valió para ganar en Valladolid, donde los locales merecieron, al menos, el punto.
Hay jugadores llamados a hacer historia. Iago Aspas es uno de ellos en el Celta de Vigo. Su equipo, su vida. El delantero celeste entró en la historia con su gol 104 en Primera, igualando un récord que tenía vigencia desde hace 67 años. Seguro que lo superará en los próximos encuentros, pero hoy, en Zorrilla, no pudo. Porque el Valladolid hizo un buen partido, en el que, quizás, mereció más, pero no tuvo la fortuna de cara.
La revolución esperada en el Valladolid llevó a Orellana a la derecha y a Toni detrás del delantero, con Carnero percutiendo por la izquierda, doblando laterales, y con el joven Kike con el timón del equipo, mientras que el Celta apostaba por la continuidad para seguir con la buena racha. Todos estos condicionantes llevaron a una primera parte con intercambio en las iniciativas y una clara oportunidad en cada área antes del tanto de Aspas. La tuvo Denis Suárez delante de Roberto, pero la tiró arriba, al recibir un gran pase interior. En la portería contraria, la magia de Toni puso en problemas a los defensores celestes. Uno de sus pases interiores dejó sólo a Guardiola que estrelló su disparo en Villar. El canterano brilló en su debut en esta temporada, pero sin premio. Otro canterano, pero del Celta, pasó a la historia justo antes del descanso. Aspas recibió un pase interior, al hueco, regateó a Roberto y cuando el balón parecía que se iba con un sutil toque adelantó a los suyos e igualó el récord de 104 goles de Hermidita, vigente desde hace 67 años.
Salió empujando más el Valladolid en la segunda parte, fue madurando el gol.Primero Nacho estrelló el esférico en el larguero en una falta lateral directa y después Mallo hizo penalti a Kike, que convirtió Guardiola con seguridad. El empate y los cambios le dieron más gasolina a los pucelanos que empezaron a empujar, sobre todo, por la derecha, con un Pablo Hervías insistente, mientras arriba el debutante Marcos André ofrecía detalles de calidad, pero pecó de generoso, dando el balón a Guardiola cuando estaba solo ante Villar. También por la izquierda percutían los locales. Nacho le puso un gran balón a Plano, pero éste la mandó arriba. Empujaban los pucelanos, pero el Celta tuvo una… o no. En una jugada extraña, salía Aspas al contragolpe, chocaba Luis Pérez con él y el gallego cogía el balón con la mano. Sánchez Martínez pitó mano del punta, ante el cabreó del 10 gallego, que se jugó la expulsión justo antes de acabar el duelo. Tablas en Zorrilla en la tarde de Aspas.