Rahmani adelantó a los vascos, pero Enrich igualó de inmediato.

Oviedo y Eibar brindaron un buen duelo, vibrante, de dos conjuntos convencidos de lograr sus objetivos, diferentes, como sus posiciones en la tabla, pero que durante 90 y pico minutos mostraron un buen espectáculo sobre el césped. El 1-1 es un paso en corto para los dos.

Tanto Oviedo como Eibar se mostraron más peligrosos desde el inicio con espacios que con la posesión excesiva de la pelota. Son rasgos marcados de su fútbol. Entró mejor al choque el equipo armero, con Corpas especialmente bullicioso, contando con la ayuda de Tejero. Un par de centros de primeras sirvieron para advertir al Tartiere de que el líder estaba allí.

Despejó el Oviedo el peligro como pudo, aunque tardó en soltarse. No lo hizo hasta el minuto 19, y pudo llegar un premio de añadido. Viti y Lucas jugaron por la derecha y Rama se sumó para centrar desde el lateral. Montoro ayudó con un toque desde la frontal y la pelota tocó en un defensa y se fue contra el larguero.

Mejoró a partir de entonces los de Cervera, que entendieron que podían dar algún susto al galope. No se lo permitió muchas veces el Eibar que sí avisó con peligro, pero Costas tapó la definición de Stoichkov cuando este ya se relamía en el área. A la primera mitad no le faltaron las dosis oportunas de drama en forma de lesión para el Oviedo: Bastón pidió el cambio a los 23 minutos por problemas físicos.

La segunda mitad empezó con más brío. El Eibar, tras avisar con Matheus, acertó con Rahmani. Se aprovechó el extremo de una falta de entendimiento en la zaga azul. Pero el Oviedo no se vino abajo con el 0-1. Y respondió. Centró Borja Sánchez y cabeceó Enrich. 1-1 y un partido de ida y vuelta.

Cervera logró inclinar el choque a su favor con los cambios. Los locales acabaron mucho mejor. Rozaron el tanto del triunfo en tres ocasiones, pero ni la volea de Moro encontró premio, ni Camarasa llegó a tiempo en un centro, ni Enrich pudo deshacerse de su marca en la última acción del choque.