Álvaro y Nico Williams estrellaron dos balones en la madera.
Dimitrievski y Agirrezabala sofocaron los escasos remates a puerta: cinco en total.
Ambos se quedan a las puertas de Europa.
Hay puntos que saben a victoria. Otros, a derrota. Sin embargo, Rayo y Athletic firmaron un empate que no les sabe a nada. Les deja a las puertas de Europa y se colocan séptimo y octavo, respectivamente. Los franjirrojos encadenan cuatro jornadas sin ganar, mientras que los leones, al menos, logran puntuar después de tres derrotas. Álvaro y Nico Williams tuvieron las dos ocasiones más claras del partido, pero se toparon con la madera. Y cuando ésta no aparecía, lo hacían Dimitrievski y Agirrezabala, quienes desbarataron los cinco remates a puerta que sumaron entre los dos contendientes. Este punto aleja el sueño europeo, pero acerca una salvación que pinta cara.
Al partido le costó entrar en calor. El primer chispazo prendió con un cabezazo picado de Guruzeta, que se perdió fuera, para lamento de los cientos de aficionados rojiblancos que poblaron las gradas de Vallecas. El hermanamiento de ambas aficiones se vivió desde horas antes del duelo y propició que, una vez más, se colgara el cartel de ‘No hay billetes’. Más tarde probó Berenguer sin demasiada fuerza y su tiro murió en las manoplas de Dimi, de negro riguroso, en honor a Iribar. El Rayo fue metiéndose, poco a poco, en faena. Ya tras el tanteo y el coqueteo, pasó a la acción. Balliu lo intentó desde lejos con un disparo alto, Isi armó un zurdazo desde la frontal demasiado cruzado y desviado también terminó el remate de Trejo. Las llegadas se sucedían, pero el peligro real no asomó hasta la media hora de encuentro.
Apareció cuando el Athletic botó un córner y el balón quedó muerto. Hubo suspense hasta que Sancet armó un testarazo a bocajarro desde el área pequeña que detuvo San Dimitrievski. Se animaron los leones y Guruzeta calcó la jugada de los primeros instantes del choque, con un cabezazo picado, que encontró el mismo destino. Agua. No estaba dispuesto el Rayo a ser un convidado de piedra y un zurdazo de Álvaro se estrelló en el palo en el 40′, tras recoger un balón suelto dentro del área. Zarraga tomó la réplica, con menos contundencia e intención, y Guruzeta erró la última oportunidad visitante de la primera mitad. La local se fraguó en un córner que Lejeune cabeceó alto por poco.
El descanso trajo la lluvia y un Rayo más activo. Camello puso el uyyy en boca de la afición, con una jugada que nació con un robo de Trejo, y su trallazo se terminó estampando en Vivian. A medida que pasaban los minutos, el partido se iba tiñendo de franjirrojo. Es el sino de los de Iraola. Las segundas partes son suyas. Aunque eso no les hace quedar exentos de sufrimiento… Berenguer se metió hasta la cocina y centró para Nico Williams, pero la gacela no la llegó a cazar. Esa banda, la de Berenguer, canalizó el peligro de los leones. Sancet se la sirvió, pero el extremo no encontró los tres palos.