El Valencia tira la primera parte y el Elche le atropella. Josan, con un golazo, y Fidel pusieron el 2-0.
Lato recortó distancias pero no fue suficiente.
Javi Gracia no tiene la cabeza en el Valencia. Su ilusión se esfumó con el cierre del mercado. Debió irse y morir con aquella idea que le llevó a poner su cargo a disposición del club.
Gracia no se ha levantado del golpe y el Valencia es el fiel reflejo de la tristeza de su entrenador.
El conjunto ché deambula por el campeonato depresivo, tristón. Le queda sólo un ramillete de buenos jugadores que por separado suenan bien, pero como conjunto están lejos de ser un equipo.
La cordura tampoco se entiende en este Valencia, capaz de arrastrarse en el primer tiempo y resucitar y tirar de amor propio para vender cara su piel.
Pero al conjunto ché no le alcanza en estos momentos con jugar un rato. En Elche lo hizo, pero no evitó el sonrojo del primer acto, ni tampoco la tercera derrota consecutiva.
El Valencia pagó su apatía inicial ante un rival que desprende pasión, como es este Elche recién ascendido.
El conjunto franjiverde es la antítesis de su vecino. Almirón ha conseguido que su equipo crea y va a más. El argentino sólo ha tocado tres teclas, pero todas bien. Se ha blindado hasta los dientes y sólo ha encajado un gol en los últimos cuatro partidos. Eso en Primera es oro. Almirón construyó una telaraña en el Martínez Valero para desquiciar al Valencia. El técnico puso cinco defensas y cuatro mediocentros. Si alguien superaba a Pere Milla (el único delantero), estaba muerto. El Valencia ni lo intentó. Solo vio camisetas blancas y verdes por todos los sitios.
El equipo de Gracia no chutó entre los tres palos hasta el minuto 51, síntoma de su impotencia.
El Valencia se centró tanto en que no pasase nada en los primeros minutos que se olvidó de jugar. El equipo de Gracia estaba pagando muy caras sus pájaras iniciales, pero esta vez su bajón duró demasiado. Concretamente 45 minutos. El Elche le pasó por encima en el primer acto. El cuadro franjiverde dominaba todos los aspectos del juego. También los mentales y los relacionados con la actitud.
Dos carrileros reconvertidos, como Josan y Fidel, le pusieron la guinda a una primera parte sobresaliente del Elche y nefasta del Valencia.
Josan, uno de los supervivientes de Segunda B, burló a los dos laterales izquierdos que puso Gracia y se sacó un zurdazo repleto de talento y precisión.
Josan evidenció que Lato y Gayà, de extremo, no conectan por la izquierda.
Otra recuperación de Josan en tres cuartos dejó a Fidel en la frontal del área para asestarle el segundo bofetón al Valencia. Jaume hizo la estatua mientras a Gracia le engullía el banquillo.
Al Valencia solo le quedaba tirar de amor propio y lo hizo en la segunda parte. En apenas unos minutos, el conjunto ché cambió su imagen de la primera parte. No era difícil tras el esperpento. Gayà pudo recortar distancias en un remate de cabeza, pero se topó con el pie de Edgar Badia. El equipo de Gracia picó piedra. Sin brillantez, metió al Elche en su área y le robó la pelota. Almirón sonreía en el banquillo porque la pose de encajador también le gusta.
El Valencia siguió con su lavado de cara con dos disparos de Soler y Paulista que se encontraron con Edgar, siempre atento. También lo intentó Correia.
Fue Kang-in el que se inventó un pase medido entre líneas para dejar solo a Lato. El lateral recortó distancias. Vallejo tuvo el empate poco después, pero Verdú la sacó en la línea. Al Valencia no le dio para más.
Tirar una parte a la basura se paga caro.