Pulso muy táctico e igualado en Vitoria, con tanta pelea como agua, en el que el Athletic falló a la hora de rematar ante el Alavés.
Vuelta a las andadas de los leones, con diez empates que les frenan.
Todo lo bueno que había hecho el Athletic ante Osasuna y Mancha Real en los diferentes formatos de Liga y Copa se fue por la alcantarilla bajo el diluvio de Mendizorroza. En las dos primeras citas de 2022 fue una cobra picando mortalmente en el último cuarto del campo, terminando jugadas con la mejor lupa posible. Y ante el Alavés fabricó buenas jugadas, llevó el balón con ideas firmes hasta el balcón de Pacheco, pero se recreó más de la cuenta en esa área enemiga. En cinco partidos tras el ascenso albiazul, los leones solo habían cosechado un empate en Mendizorroza y siguen sin caer los tres puntos. Vuelta a las andadas de la falta de eficacia. Merecieron los rojiblancos la victoria por la mínima, pero el fútbol no entiende de justicia. Sus mejores oportunidades se fueron al limbo y en el caso del Glorioso, la tuvo con un tiro al travesaño de Duarte que rozó prodigiosamente con la yema de los dedos Simón.
Cayó a mares y se dio cita tanta pelea como lluvia. Ha vuelto Mendilibar y ya se nota su sello en LaLiga. Sus partidos son clásicos de la agresividad, el choque y el vértigo. No se regala ni el saludo. Y así discurrió el derbi en gran medida, con mucha pugna por un medio metro cuadrado de césped y caídas continuas, sangre, contusiones… sin que los porteros mancharan gran cosa sus guantes. Con el temporal y la raza de algunos jugadores como Iñigo Martínez, Joselu y Dani García, la batalla era una postal norteña, épica. Invitaba a un escenario accidentado. Y este creció con la lesión fortuita de Vencedor en el minuto tres, tras un saque de banda y un globo.
Solo faltaba Laguardia para completar el paisaje heroico. Dio negativo por la mañana tras superar el coronavirus, pero no se veía en condiciones. Con la vuelta de Pellistri, Pacheco y Sivera, los confinados eran Pina, Saúl y Guidetti. Ximo Navarro y Pons están lesionados, y Loum, con Senegal, así que el parte de bajas era extenso en el cuadro local.
Mendilibar activó de saque una banda izquierda fogosa, con Duarte y Rioja muy incisivos. No había mucha exposición de nadie, el riesgo era mínimo y el pulso resultaba igualado. Lo más indicado era jugar muy vertical y con poca pausa. Se disparaba Williams en una de esas acciones y Lejeune, acordándose de la que le hizo en 2016 con el Eibar, lo agarró y hasta fue remontado por el ariete. Amarilla clara. Muniain se iba hacia dentro y no le detectaban, así que Mendilibar tuvo que tomar una medida de esas que no hacen amigos: al más puro estilo Paco Jémez, quitó al debutante Jason a cuatro minutos para el descanso y reforzó los pasillos centrales con otro que se estrenaba, Escalante.