Canales y Rodri dan el triunfo al Betis que marcó tras dos polémicas decisiones arbitrales, un posible penalti en el área bética y la expulsión de Valiente.
Corría el minuto 17 de un partido que había comenzado igualado. El Sporting llega con rapidez al área del Betis, Cumic se encuentra un pase de su compatriota Djurdjevic y su disparo con la izquierda, que buscaba la base del poste derecho de Joel, es desviado en su trayectoria por el brazo de Víctor Díaz; el árbitro Ricardo de Burgos Begoetxea admite que el balón toca el brazo pero considera involuntaria la acción y pita córner. Se trata de una decisión, cuando menos, discutible.
No había pasado tres minutos y de nuevo el colegiado vasco no duda un instante en mostrarle la tarjeta a roja a Marc Valiente, que llegaba tarde y con los pies por delante– a un balón que se le había ido largo y que le arrebató Canales. En vivo, la entrada pareció muy violenta pero también se presta a las interpretaciones. El perjuicio era para el Sporting que se quedaba con un jugador menos con más de una hora de partido por delante.
Por si fuera poco, seis minutos después, De Burgos Bengoetxea tampoco dudó en señalar, esta vez sí, penalti por una entrada de Javi Fuego a Diego Lainez, en un balón dividido que se marchaba a córner. Canales no perdonó en el lanzamiento de la pena máxima y el Betis ponía rumbo a los octavos de final de la Copa del Rey. Demasiado castigo en tan poco tiempo para el Sporting de David Gallego que esta vez habrá echado de menos el VAR porque se vio sentenciado antes de lo esperado, cuando tenía especial ilusión en poder seguir adelante en esta competición.
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Hasta ese momento del partido, las llegadas con mayor peligro habían sido del Sporting. Tanto fue así que Djurdjevic llegó a marcar en una buena combinación de los rojiblancos en ataque, pero el gol fue anulado por fuera de juego (5′).
Después del 1-0, el Betis fue superior solo por que sabe jugar con el balón en su poder, tenía una pieza más sobre el césped e iba a ser cuestión de tiempo que pudiese ampliar la ventaja. Rodri se encargó de poner el 2-0 en la acción individual de la tarde, que contó también con la endeblez defensiva de los sportinguistas que quizá se midieron en exceso a la hora de meter el pie a la vista de las decisiones arbitrales anteriores.
Pellegrini dejó en el vestuario a Canales tras el descanso y el Betis se dedicó a dejar pasar los minutos ante un Sporting que puso corazón. Cumic dispuso de la mejor oportunidad para acortar distancias pero Joel adivinó si intención en el mano a mano con el serbio (57′).
El Betis jugó al tran-tran, sin arriesgar demasiado y dejando hacer al Sporting en la media hora final. Un remate de Juanmi y otro disparo de Guardado fueron lo mejor de los verdiblancos en ataque en esa segunda mitad con muy poca historia.
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Así se acabó un partido que contó con público en El Molinón-Quini por primera vez en casi un año. Los afortunados fueron 300 sportinguistas a quienes, por número de abonado, les tocó volver disfrutar de una tarde de fútbol en el estadio gijonés. Por numeración fueron los socios más antiguos de la entidad rojiblanca. Más de uno habrá recordado con el polémico arbitraje de De Burgos Bengoetxea alguna tarde de bronca en la gloriosa década de los 80 con el entonces colegiado vizcaíno Burgos Núñez, padre del trencilla que esta vez acabó con las ilusiones del Sporting en la Copa del Rey. No tiene suerte la saga arbitral de los Núñez en El Molinón.