El Villarreal B, que acabó con nueve, se adelantó y hasta pudo ampliar la renta, pero en la última acción el delantero estableció el 1-1 .

En un final loco y vibrante, Enric Gallego rescató al Tenerife que jugó gran parte del encuentro con uno más ante un Villarreal B que se había adelantado y dejó buenas sensaciones. El once esperado eligió Luis Miguel Ramis: Mellot se cambió de banda para ocupar el puesto del sancionado Nacho, mientras que Aitor Buñuel se situó en el lateral derecho. Miguel Álvarez, por su parte, solo tocó un puesto (Abraham por Íñigo), para darle continuidad al equipo que tan bien lo ha hecho en marzo.

El duelo empezó al ritmo del conjunto amarillo, más animado y con más balón, sin embargo el primero que probó fue Waldo con un derechazo que salió fuera por poco (4′), aunque solo fue un espejismo porque todo volvió a como estaba al principio. Lozano era pura dinamita. Todo pudo cambiar en el minuto 18, cuando el colegiado expulsó con una rigurosa roja directa a Collado por una entrada sobre Mellot que pudo haber sido amarilla también. Con un hombre más, el Tenerife debió asumir mayores riesgos, pero se le veía espeso de ideas.

Llegando a la media hora, el encuentro seguía siendo aburrido. Rompió un poco la monotonía un buen centro desde la derecha que Enric Gallego cabeceó incómodo y desviado. Instantes después el delantero volvió a probar, pero disparó a las manos de Iker. A la contra, Soriano evitó el 0-1 a remate de Álex Millán (40′) con una parada a puro reflejo. En la segunda parte, pareció más enchufado el Tenerife, aunque a un ritmo lento y previsible. Teto, en la frontal, quiso sorprender, pero disparó a las manos del portero andorrano (51′). Y en la siguiente acción fue Tasende quien demostró más tino y adelantó a los suyos con un disparo bajo.

El partido se volvió loco. Primero Mellot tuvo el empate, pero su disparo se estrelló en el larguero (58′). Acto seguido, el Villarreal B tuvo dos seguidas para aumentar, pero esta vez sus jugadores no estuvieron finos. Luego fue Garcés el que no aprovechó un balón suelto para nivelar y después remató al palo. Todo en cuestión de minutos.

A base de saques de esquina, el cuadro insular trataba de igualar la contienda ya con Iván Romero en cancha, ante un rival que ya empezaba a notar el cansancio por jugar con diez, aunque aguantaban con estoicidad. Los últimos minutos fueron épicos, con dos expulsiones y con un posible 0-2 que no supo materializar Iosifov hasta el gol de Enric Gallego en colaboración con el portero quien no salió con firmeza para que el duelo termine en tablas.