Los de Pellicer, con dos goles en dos minutos, encarrilaron el partido en la primera parte.

El Lugo se queda sin opciones de permanencia.

Hace un tiempo, en un canal de T.D.T. había un programa llamado “Mil maneras de morir”. En ese espacio se recreaban basándose en supuestos casos reales, formas bizarras en las que se producían fallecimientos.

El descenso del Lugo encajaría perfectamente en ese programa por la cantidad ingente de errores que ha cometido a lo largo de toda la temporada para acabar como ha acabado. También el Málaga tiene su catálogo de errores pero en su caso han elegido que, si hay que caer, sea peleando. Ignoro si finalmente le dará o no para salvarse, pero no cabe duda de que lo van a luchar hasta el final. Qué diferencia.

Ambos equipos salieron con la idea de no cometer errores. El Lugo, tal vez picado en el orgullo, apretaba más y la primera ocasión fue suya con un disparo alto e Clavería a los ocho minutos. Respondió el Málaga con un tiro cruzado de Rubén Castro. Al cuarto de hora Villalba pudo marcar el primero pero Whalley, siempre él, metió un buen guante abajo. El paso de los minutos hizo que el partido se fuese rompiendo, menudeando llegadas a ambas porterías.

En una de esas, a la media hora, Chavarría puso un excelente centro que Rubén Castro, libre de marca, remachó a gol. Sólo dos minutos tardó el Málaga en marcar el segundo, esta vez en las botas de Fran Villalba. El Lugo era un muñeco de trapo, desubicado y con los brazos caídos, dando una imagen indigna incluso para un equipo descendido.

La reanudación mostró un Málaga lógicamente más precavido. El Lugo dejó un central en el banquillo para meter a Manu Barreiro en punta, aunque poco se notó. Cada vez que el Málaga aceleraba a los locales se les saltaban las costuras. Fran Villalba jugaba solo y Febas marcaba el ritmo sin oposición mientras Clavería perseguía sombras y Señé era transparente.

En el Lugo sólo Avilés intentaba inquietar a Yañez, pero sin acierto. La cosa ya no daba para más con un Málaga cómodo y un Lugo desaparecido como toda la temporada y desquiciado sobre el verde. Al Málaga aún le queda vida. El Lugo ya no tiene ni espíritu.