El cuadro rojillo, con Chimy Ávila como depredador, al fin logró la victoria redonda que tanto ansiaba en casa.
El colista salió fundido y reaccionó demasiado tarde.
Tanto Osasuna como Levante se jugaban mucho en el partido que han afrontado esta tarde en El Sadar. Los rojillos querían redimirse tras la abultada derrota en el Camp Nou y además, una victoria les daría la permanencia virtual. Lograron su propósito. El cuadro granota, aunque en buena línea, llegaba como colista y quería sumar los tres puntos que le acercaran un poco más a la salvación. Esta de nuevo se ve con prismáticos.
Los primeros minutos no tuvieron dueño. El Levante tocaba y a Osasuna parecía darle miedo ir un poco más arriba y cometía imprecisiones a la hora de hacer circular el balón. Sin crear ocasiones claras ninguno de los dos conjuntos, los de Arrasate se acercaban algo más a la portería rival. El juego se desarrollaba en el centro del campo y a Osasuna le costaba romper la barrera de cinco defensas planteada por el técnico granota.
A una clara ocasión del Levante respondió Rubén García pero su disparo pegó en el larguero. Con el paso de los minutos el partido se fue volviendo más abierto, al estirarse ambos equipos. Sin dominador claro, parecía que el encuentro llegaría al descanso con empate a cero, pero cuando estaba a punto de terminar la primera parte, llego Chimy Ávila aprovechó un balón suelto y marcó el uno a cero de disparo raso.
Los navarros comenzaron la segunda parte más activos y a los de Lisci les costaba salir de su área. Los granotas lograron sacudirse la presión y el juego volvió de nuevo al centro del campo. Morales pudo igualar el marcador, pero solo unos minutos después, Budimir, a pase de Rubén García quien robó un balón, encarrilaba el partido anotando el dos a cero.
Los rojillos querían más, y en el minuto 63, Brasanac, de un disparo cruzado con su pierna izquierda, lograba el tercero para los rojillos. Tras el tercero, los valencianos parecían haber bajado los brazos y Osasuna se lucía en la salida de balón. Pero el letargo le duró poco al Levante y en el minuto 75, Roger marcaba el tres a uno. Kike García tuvo alguna ocasión para ampliar el resultado pero el tres a uno fue el definitivo. Los navarros firmaron, aunque no matemáticamente la salvación, y al Levante se le complican más las cosas.
