Cuando el colista parecía tener un punto en su zurrón, en el debut de Velázquez, un error fatídico de Ximo Navarro dio origen al gol de Osasuna, ya sin tiempo para más. Budimir agradeció el regalo.

A perro flaco, todo son pulgas muchas veces en el fútbol, Se cumple en el caso del Alavés, cada vez más hundido. Cuando el colista parecía tener un punto en su zurrón, un error fatídico de Ximo Navarro, uno de los jugadores más seguros que tiene, certificó la derrota, ya sin tiempo para más. Budimir agradeció el regalo. Osasuna y Alavés se midieron en un partido de los que gustan, el típico pulso de proximidad en el que se respira el buen ambiente en las gradas. Los rojillos querían redimirse de la goleada encajada en el Benito Villamarín y Arrasate, tal y como anunciaba en la previa, hacía varios cambios. Enfrente un Alavés que llegaba como colista y estrenando entrenador. Julio Velázquez sustituía en el banquillo al destituido Mendilibar. El saque de honor realizado por el exrojillo Juan Carlos Unzué ponía la nota emotiva a los prolegómenos del choque.

Los babazorros salieron con tres centrales y con la idea de demostrar lo mucho que se jugaban y Manu Vallejo trataba de sorprender a Sergio Herrera. Los navarros respondían trenzando una buena jugada. El Alavés parecía encontrarse más cómodo que los navarros durante los primeros minutos. En el minuto 19, Moncayola lo intentaba desde lejos sin fortuna, después de robar un balón al rival, y el Alavés seguía bien plantado y tratando de llegar al área rival. Rioja remató contra la red tras un saque de esquina. Según pasaban los minutos, los rojillos parecían estar mejor plantados.

En el minuto 37 Osasuna tuvo una ocasión de oro para adelantarse. Ximo Navarrao cometió un penalti sobre Chimy pero Pacheco adivinó la intención de Rubén García, quien no lanzó excesivamente bien, y lo paró. A continuación el propio Rubén tuvo una oportunidad para marcar pero su tiro fue demasiado cruzado. Los navarros combinaban bien. Debido a las ocasiones desaprovechadas por ambos conjuntos, se llegó al descanso sin que el marcador se moviera.

En la reanudación, los locales trataban de hacerse con el dominio del juego y buscaban romper el empate, pero el Alavés quería lo mismo aunque ninguno generaba ocasiones claras, les costaba incluso más que en la primera parte llegar al área rival. Joselu dispuso de nuevo de una clara ocasión pero le pegó mal, volviendo a perdonar. Al partido le faltaba ritmo y claridad de ideas por parte de los dos conjuntos. Velázquez quitó a Edgar y puso a Pina, para tratar de amarrar el empate. Metió a Pellistri para intentar estirar el juego. En el minuto 73 fue anulado un gol de cabeza de Budimir por fuera de juego. Joselu la tuvo una vez más pero el gol de le resistía.

La situación angustiosa pasó factura al Alavés a la hora de la definición y de su falta de ambición para ir a por el partido. Cuando parecía que vitorianos y navarros se repartirían los puntos, ya en el tiempo de descuento, llegó el gol de Budimir tras una bonita jugada trenzada de los locales. Barja trató de progresar por la banda zurda, pero se quedó sin opción de jugar.

Ese balón sin dueño lo recogió Ximo Navarro, pero no fue contundente en la salida del balón y la dejó muerta; la cazó Kike García y llegó a los pies de Manu Sánchez, que no se sabe bien si quiso tirar a puerta o centrar. El caso es que recogió la bola Budimir, que no tuvo más que empujarla. Osasuna tenía los deberes hechos y aprovechó el regalo y la ansiedad del rival. Sigue mejorando en casa y la derrota deja el Alavés en una situación muy comprometida.