La falta de ocasiones y el miedo a perder provocó que el encuentro se saldará con un empate que no convenció a nadie.
El argentino volvió a jugar tras su grave lesión.
Los rojillos recibían en El Sadar al Getafe en un partido que a juzgar por la alineación de ambos equipos, se preveía de fuerza y garra, con un juego directo, no demasiado vistoso. Los dos conjuntos se jugaban mucho, con sólo un punto de diferencia, los dos querían alejarse de los puestos de descenso y la mejor manera era sumando los tres puntos. Los rojillos también tenían en mente poner punto final a sus problemas con el gol.
Los de Jagoba Arrasate salieron a por todas y con las pilas puestas. El partido comenzó trabado y constantes interrupciones a causa de las faltas cometidos por uno y otro equipo, lo que provocaba que ambos tuvieran problemas para hacer circular el balón y construir jugadas. Los locales exhibían poco juego por las bandas. Rubén García pudo abrir la lata tras un fallo de la zaga madrileña y estos respondieron con un disparo lejano de Arambarri que obligó a Sergio Herrera a lucirse. El partido, de ida y vuelta, no acababa de tener un dominador claro. El Getafe mostraba un buen juego defensivo y trataban de terminar las jugadas, pero la presencia de los dos equipos en las áreas era escasa. Precisamente por eso se llegó el descanso con empate a cero.
En la segunda mitad la tónica continuó siendo la misma; juego directo y con muchas faltas e interrupciones. Ambos equipos mostraban demasiado miedo a ir a por el partido, aunque eran los de Bordalás quienes controlaban algo más y finalizaba, aunque sin éxito, alguna jugada. A Osasuna le costaba hacerse con el balón en el campo rival. Arrasate movió el banquillo, dando entrada a Torres y Budimir, quienes sustituyeron a Calleri y Enric Gallego, lo que conllevó el cambio de sistema de juego. Los rojillos lo intentaban sin éxito por la banda izquierda. Arrasate metía más madera dando entrada a Adrián y al más esperado, Chimy Ávila. Las ocasiones por parte de ambos equipos eran prácticamente inexistentes y el tiempo se agotaba. Al final el encuentro se saldó con un escueto empate a cero que no satisfizo ni a unos ni a otros.