Un error defensivo del Eibar y una acción equivocada de Unai López reculando hacia su área decantan un derbi con poco que rescatar entre Athletic y Eibar.
Ahora, a pensar en la final.
El aperitivo de la Copa deparó al Athletic un repetitivo y cansino empate a un tanto, el octavo de la temporada. El Eibar, ya sin patrocinador principal, ha acogido en la frontal de su camiseta el lema ‘Denok batera’ (‘todos a una’). Lo del derbi de este mediodía en San Mamés ha sido un ‘todos a uno’. Un gol para nosotros y otro para vosotros. Nadie hizo lo suficiente para ganar, solo lo posible por no perder, y todos tan contentos. Hubo un catálogo infinito de errores y nadie que no fuera Bryan Gil salió con derecho a fardar. Tal vez también Villalibre por un tacón prodigioso. A los leones las tablas les lleva a la final con cara de no haber perdido en la antesala de La Cartuja y los armeros pueden sumar de nuevo, pero en frío comprenderán que a unos les anula casi el billete a Europa vía Liga y a otros no les saca de descenso. Entre que al Athletic le cuesta ganar y el Eibar no puede hacerlo asiduamente… 1-1.
La primera parte ya se desentendió del buen juego. Mendilibar apostó por reforzar el medio campo, con un buen muro formado por Aleix García, Diop y Sergio Álvarez. Esa decir, el control, el juego posicional, a la espera de acontecimientos. Bryan Gil se fue al costado derecho y Kevin braceó por el diestro. Pero en esos 45 minutos, todo se definió por los errores individuales, uno por bando. El Eibar tiene claro algo este año: que sale con el 0-1 del vestuario, porque un fallo grosero va siempre en el guion. Llegó pronto esta vez, en el minuto 9, con un descuido en un saque de banda de De Marcos, que posteriormente tuvo tiempo para recibir y templar un centro solo. Por si no era suficiente pifia, en el área emergió Yuri, indetectable para todos, especialmente para un Bryan que estaba más pendiente de las nubes que del césped. Cuando le advirtió el radar armero, ya era tarde. La volea del lateral zurdo fue ‘zidaniana’.
Esa anchoa solo podía ser tapada por otra mayor para que no pesara en la mente de los visitantes. Pues a ello se puso Unai López, en un error que debe hacerle reflexionar, porque si comete semejante disparate en una de las dos finales que les vienen en 14 días, lo puede estar lamentando el resto de su vida. Cogió la pelota en campo rival y fue reculando con aire de tipo muy sobrado. No calibró que le perseguía Kike García, un maratoniano que te echa el aliento hasta que llegas a casa tras el partido y la ducha. En vez de darle rápido al portero, fue reculando hasta el área propia. Cada vez se le estrechaba más el cerco, porque Bryan Gil le negaba el centro y tenía un escolta muy encima. El último control se le fue y el punta manchego se la robó y marcó un gran gol. Lleva 8 de los 22 goles del Eibar en esta Liga. Fue Unai el autor de los dos goles en la ida. Claros y sombras ante el vecino, pero demostró de nuevo que falta regularidad en los pivotes del Athletic. A Vencedor una metedura de pata de ese calibre le ha costado el puesto. Y a Unai le pasó factura en el derbi, porque no dio una a derechas desde entonces.
El partido tenía disputa, ritmo en medio campo, pero donde de verdad se juega las lentejas el fútbol, en las áreas, no había pisadas. Era una nueva edición del clásico-tostón del Athletic-Eibar. Una tradición anual. 90 minutos que no suelen quedar en el archivo de tesoros del fútbol español. Menos mal que a veces rompía la monotonía el talento infinito de Bryan Gil, como en el minuto 38, con una colección de regates del melenudo jugador de Barbate, que cada vez se le está poniendo más pinta de Cruyff.Le pasó en profundidad Diop y el primer recorte a Yeray ya fue de museo, pero, éste, otra revelación en La Liga, se levantó muy rápido y pudo perseguirle. Bien que lo agradeció su equipo, porque el extremo se apañó para seguir burlando a gente, como Yuri y Vesga, y en el último instante pudo entorpecer su disparo a gol. Interesante duelo Yuri-Bryan, a ver quién atormentaba más a quién. El visitante ya puso su sello el año pasado en San Mamés con el Leganés.
El Athletic notó más el golpe, por haber sido el último en recibirlo, claro. Muniain solo apareció fugazmente al final del primer tiempo. Y al Eibar no le llega para sacar puntos solo con Gil. Así que todo iba encaminado hacia un empate. Pero Marcelino no se anda con medias tintas. En el descanso cambió por completo su sala de máquinas. Salieron Vencedor y Dani García y es verdad que activaron algo más los pasillos centrales, pero el fútbol andaba en huelga. Raúl participaba muy poco y Williams sí estiraba el campo, pero estuvo muy desacertado. Las decisiones en el área contraria y sus alrededores eran horripilantes.
El choque se fue por el desagüe sin muchas más líneas que escribir. Williams cazó un par de balones pero no supo llevarlos a la red y De Marcos, de forma atropellada, tuvo la suya con la boca del estómago, pero se la sacó Dmitrovic como un portero de balonmano pleno de reflejos con el pie. Marcelino siguió cambiando a sus principales protagonistas. Sacó a Muniain y Berenguer y puso a Ibai y Morcillo, decisiones que contribuían a pensar que tenía la cabeza más en la final de Copa que en el derbi contra los armeros. si la idea era meter centros extrañaba que hubiera quitado a Raúl García. Un gran pase con el talón fue la única delicatassen local en todo el mediodía. Fomentó la cuarta parada de Dmitrovic. Dos llevaba Unai Simón. Hasta suena abultado tanto bagaje para la miseria de partido que se vio.