Celta y Mallorca firman un frenético encuentro con siete goles, dos expulsados, dos penaltis y un agónico tanto del moañés en la última jugada del partido.

Los vigueses miran a Europa, mientras los bermellones se meten en un lío.

Emoción hasta el último segundo para certificar la importante victoria del Celta, que consigue ganar al Mallorca dieciséis años después para mantener viva la llama de Europa. Cruel derrota en la última jugada para los de Luis García, que empataron tres veces resistiendo el empuje céltico pero acabaron sucumbiendo y se meten en un buen lío clasificatorio. Balaídos vio un duelo vibrante, alternativa constante en el marcador, siete goles, un expulsado, dos penaltis y el agónico tanto de Aspas para bajar la persiana de un encuentro frenético, absolutamente loco.

Galhardo, la sorpresa en el once de Coudet, rompió enseguida su maleficio. El brasileño al fin vio puerta después de 639 minutos (más de diez horas y media) de abstinencia. Lo logró al aprovechar un rechace tras un disparo de Cervi que se estrelló en el larguero. Sin embargo, poco le duró la alegría, ya que Giovanni, la principal novedad en la alineación visitante, reclamó su cuota de protagonismo. El uruguayo finiquitó una gran jugada de Jaume Costa, quien primero le robó la cartera a Aidoo y después puso un buen servicio al segundo palo.

El golpe no afectó al Celta, que siguió combinando a gran ritmo, desarbolando al Mallorca en cada jugada de asociación. Así, en una de las más rápidas y corales, llegó el tanto de Denis para volver a poner al Celta en ventaja de nuevo. Entró el VAR en acción por primera vez para dar validez a un tanto que había sido anulado en primera instancia por un fuera de juego de Cervi, quien no participó en la jugada. Tras el 2-1, los de Coudet continuaron pisando el acelarado en busca del tercero. Lo intentaron Brais y Galhardo, pero Rico les cerró la puerta.

El descanso no frenó la locura, al contrario, la aumentó hasta niveles insospechados. Raillo empató cuando todavía estaba sonando la música del Equipo A y Aspas se disfrazó de diestro para volear a la red una asistencia de Cervi. Era imposible parpadear sin que ocurriera nada. Al rato, Raillo disparó al larguero. Incesante intercambio de golpes antes de la traca final.

Las manos aparecieron en escena para señalar un penalti en cada área. Primero a favor del Mallorca después de una eterna revisión en el monitor. Finalmente Ortiz Arias señaló el punto fatídico y expulsó a Mallo. Doble golpe para el Celta que aún sería triple cuando Salva Sevilla batió a Dituro. Ni con diez sacó la bandera blanca el Celta, que se fue a por los tres puntos como si tuviera doce jugadores. Aspas rozó la épica en el 93′ con un zurdazo desde la frontal y la alcanzó en el 97′ desde los once metros. Esta vez la mano de Maffeo sí fue clara y el moañés no perdonó ante Rico. Balaídos se vino abajo para celebrar un tremendo triunfo sobre la bocina. La fe mueve montañas, quizás hasta llegar a Europa.