Goleó en la casa de un rival directo con una segunda parte muy contundente.
Los blanquiazules se alejan de la lucha por el ascenso directo.
El Real Valladolid va en serio. Los de Pacheta siguen lanzados y han dejado en el camino con contundencia a un rival directo como el Tenerife. Una segunda parte muy contundente acerca a los pucelanos al ascenso directo y aleja a los blanquiazules de ese objetivo.
Ramis pudo recuperar, finalmente, a los tres jugadores que en la semana fueron positivo por COVID-19, pero solo Sergio salió de inicio, mientras que Pacheta apostó por el tinerfeño Cristo González por la baja de última hora de Weissman. El duelo empezó con muchos bríos y fue muy intenso. Ambos sabían que había mucho en juego. Mollejo, de cabeza, tuvo la primera, pero cabeceó a las manos de Masip (2′).
Trató de nivelar pronto el partido el equipo visitante ajustando algunos movimientos y adueñándose del balón, pero le faltaba llegar a incomodar a Soriano. A la contra, los insulares encontraban espacios y generaban peligro. Sin embargo, VAR mediante, el Valladolid se adelantó gracias a El Yamiq, quien se aprovechó de un despeje forzado del meta local para empujar el balón a la red.
El público tiró del equipo tras el golpe, pero los tinerfeños no tenían ideas finas para marcar. Una muestra, la ocasión desperdiciada por Bermejo que tuvo una clarísima en el área pequeña, pero lanzó a las nubes una gran jugada de Mellot (26′). Parecía más sencillo meterla que desperdiciarle.
Antes del descanso, el Tenerife siguió yendo a puro tesón, a veces jugando al límite, pero seguía sin molestar a Masip. Al llegar al borde del área se le apagaban las ideas ante un rival ordenado y con las ideas muy claras.
En la segunda parte, Andrés Martín entró para darle más mordiente al ataque, pero Aguado fue quien la tuvo, aunque lanzó alto (47′) y luego, Villa pidió penalti que el colegiado no vio. El empuje del Tenerife encerró al Valladolid y hasta Carlos Ruiz estrelló un tiro al larguero (54′).
Sin embargo, apareció Sergio León para inventarse un jugadón y dejar el balón a Plata, que acababa de entrar al campo, para definir. Minutos después, Javi Sánchez sentenció con un gran cabezazo dentro del área y poner una distancia en el marcador muy difícil de revertir.
Los minutos finales fueron un querer y no poder del Tenerife ante un Real Valladolid que a la contra se encontraba muy a gusto. Sin embargo, Andrés Martín recortó diferencias tras una galopada de Mario que desbarató Masip. En el rebote, el ex Rayo no perdonó.
Cuando la afición local soñaba con la remontada, apareció un viejo conocido como Luis Pérez para que, de cabeza, estableciera el 1-4 que ya sonaba a definitivo.