Los cadáveres de los jóvenes localizados a mediados de agosto en un cayuco tras perecer de hambre y sed reciben sepultura en Agüimes.
Quince jóvenes reducidos a poco más que piel y huesos por el hambre y la sed tras varias semanas a la deriva en un cayuco fueron enterrados el sábado en Gran Canaria con dos hermanos africanos como testigos, dos hombres que sin conocerles de nada quisieron que no se despidieran solos.