» Qué le sucedió a un mendigo que interrumpió una conversación para pedir dinero «
Conste que conozco a todos los participantes, pero por razones éticas solo diré que el pedigüeño pulcramente vestido, en plena pandemia, estaba en la mañana del jueves 22 de julio de este año, a 30 kilómetros de su lugar de residencia, y mostraba una cajita conteniendo la figura de un santo, así como billetes y monedas.
En vez de darle dinero, una de las personas a las que se dirigió le hizo varias preguntas:
» Para qué quieres el dinero que pides «
» No te bastó la casa que yo misma te di amueblada cuando planteaste tu situación «
» No es suficiente la comida elaborada que recibes en el Sistema de Atención a la Familia «
» Qué le estás haciendo a tu pensión como jubilado «
El “mendigo”, lejos de responder, preguntó en tono de persona muy interesada, por la familia del interlocutor, que lo interrumpió con una voz firme:
No me cambies la conversación: ¿De verdad tienes necesidad de mendigar?
El hecho ocurrió en una céntrica calle, a las puertas de una entidad en la cual había una cola, por lo que todos escucharon, y alguien, de los que estaban, dijo:
Ahora viene un contrarrevolucionario, le tira una foto, o lo filma y dice que la Revolución tiene a los viejitos abandonados.
Hubo sugerencias de que ejerciera mi profesión periodística, que denunciara, y en voz baja, en diferentes conversaciones, varios grupos comentaban que si era para beber, que si el supuesto mendigo tenía más dinero que cualquiera, que si era un descarado…
Y así hubo quien demostró un profundo conocimiento de las personas que en el lugar se dedicaban a tal práctica, y los describió y ofreció hasta nombres y apodos, lo cual este redactor avala porque también los ha visto.
Estos individuos existen, son escasos, pero están, y deben ser atendidos sin pretender medirlos a todos con la misma vara, pues cada uno tiene sus características, su vida y motivaciones para andar por las calles como si tuvieran necesidad de ser mendigos.
Sin dudas, mienten cuando en situaciones financieras quizás superiores a quienes piden una obra de caridad, solicitan un dinero que otros obtienen con el fruto de su trabajo honrado, y si lo brindan a un desconocido es por sus buenos sentimientos.
Por supuesto que nada tienen que ver con quienes mienten malintencionadamente, y en cada caso requieren un tratamiento específico.
Si en algo hay que proceder con la filosofía del “traje a la medida” es en estos casos, pues son miembros de la sociedad requeridos de apoyo y atención porque tales conductas pueden tener un denominador común, pero cada persona es un mundo, tienen el derecho a ser tenidos en cuenta y la sociedad, el deber de no abandonarlos a su suerte.
Mentir, como dice la siguiente melodía titulada “Canción mentirosa” diciendo que un auto tiene seis neumáticos cuadrados, es un defecto, y si alguien lo hace, sus causas debe tener, y tratamiento requiere.
Canción mentirosa