Moncayola y Budimir se imponen a un Villarreal con ocho cambios por la Europa League con dos llegadas y gracias a un partidazo de Herrera y acercan la permanencia.
Osasuna, después de cuatro partidos sin ganar y tres sin marcar, se había guardado toda su pegada para este día decisivo. Ganó en La Cerámica con dos golpes de autoridad en la mesa y dio un paso más para atar la permanencia. Moncayola, con una volea magistral, y Budirmir, con un cabezazo poderoso, derrotaron a un Villarreal en el que Emery dejó claro el mensaje desde la alineación: el camino más corto para volver a la Champions es ganar la Europa League. El técnico, obligado por el cansancio y el calendario, introdujo ocho cambios respeto a Zagreb y su once se movió durante gran parte del encuentro como el que busca cohesionarse en mitad de una pretemporada. Algún que otro buen detalle trufado con descoordinación.
Sin Trigueros, la salida de balón del Submarino fue la que fue, y sin Gerard 45 minutos en los metros finales la imaginación quedó bastante mermada. Aun así, el Villarreal hizo tantos méritos como el que más para ganar porque tiene un fondo de armario con sombreros de copa y fulares de seda. Moi tuvo la mejor ocasión en el 17’,en una acción que degeneró en un penalti a Jaume Costa que el VAR sacó después fuera del área. Parejo en una falta (22’) y Mario, antes del descanso, también probaron suerte con la misma efectividad. Osasuna presionó arriba y condenó la elaboración de su adversario, pero con balón se limitó a buscar a Budimir en balones largos y esperar algo de magia. El equipo de Arrasate sólo tuvo una oportunidad en los primeros cuarenta y cinco minutos y se debió a una relajación excesiva de Parejo dentro de su área.
Gerard comenzó a calentar en la banda desde el minuto 40. Como agitación para sus compañeros y como amenaza hacia Osasuna. Al final, cuando salió por primera vez en Liga como revulsivo, terminó por motivar a los dos. Yeremy y Peña estaban entrando bien por banda, Moi se hacía hueco entre líneas e incluso Alcácer dejaba cositas en el área. Únicamente faltaba pegada. El siete compareció tras el descanso. Y, como era de esperar, cambio el panorama con su asociación en el juego, sus pases y su finalización. Alcácer no supo aprovechar un regalo del internacional y Herrera desbarató otro remate de killer del propio ariete. Osasuna daba sensación de resquebrajarse aunque, casualmente, encontró el 0-1 con un centro de Manu Sánchez que Moncayola empalmó desde la frontal (64’). Era un accidente, por lo que el Villarreal no tardó en reaccionar. Parejo puso un balón a Gerard al hueco para que este diera un pase de la muerte a Alcácer que David García introdujo en su portería (70’).
El empate final no era malo para ninguno. Y, sin embargo, Villarreal y Osasuna se lanzaron a por el gordo sin conformarse con la pedrea. Así, en un córner, Rubén García puso desde la izquierda un centro que Budimir, ninguneando a Funes Mori, remató con poderío (74’). Su tanto obligó a Emery a repescar a más titulares de la trinchera, sin consecuencias en el marcador gracias a una exhibición de Herrera por aire, mar y tierra, y su vez dio a Osasuna otro impulso más hacia la ansiada salvación. La celebración de la victoria fue de las de fuente y pasacalles.