El Huesca pescó en Mestalla mucho menos de lo que mereció. El Valencia puede darse con un canto en los dientes por el punto sumado. A fin de cuenta lo logró con solo dos remates entre palos y gracias a un gol que marcó Wass de falta casi sin querer. Los oscenses hicieron todo para ganar y solo Jaume y el larguero les privaron de su primer triunfo en su regreso a Primera. El gol de Siovas solo hizo que evitar lo que hubiera sido injusto a todas luces. Le falta mucho aún a este Valencia. Y no solo refuerzos, que también o sobre todo.

Gracia aventuró rotaciones porque viene semana larga y Racic, Jason y Manu Vallejo fueron sus novedades. También la presencia de Hugo Guillamón, aunque lo suyo por causa mayor. Míchel se decantó por Juan Carlos en lugar de Eugeni y quiso dar una oportunidad a Seoane antes de decidir si se marcha cedido. Quizás la última. O no, porque el madrileño fue de los más activos y no anda el Huesca sobrado de efectivos. Míchel introdujo a su vez una variación táctica. Ubicó a Ferreiro en banda derecha (el mejor del partido junto a Mosquera) y así pasó a jugar con cuatro en la media y Rafa Mir y Okazaki en punta.

El Huesca entró en escena con las ideas más claras. Sabían cómo defender y también usaron sus armas para atacar. Del Valencia no hubo noticias por el área de Andrés Fernández hasta pasados muchos minutos y aunque el fuerte del equipo oscense no había sido precisamente ni contra el Villarreal ni el Cádiz generar ocasiones, en Mestalla las tuvieron de todos los colores. La presión de los de Míchel cortocircuitaba la salida de los de Gracia. Racic y Kondogbia daban más presencia que criterio a la medular blanquinegra.

Sin embargo fue el Valencia el que pegó primero. Lo hizo en su único remate a portería en toda la primera parte. Y remate por decir algo, porque solo Wass sabrá si de verdad buscaba portería en el saque de falta que propició el 1-0. El lanzamiento lateral del danés pasó por las piernas de varios compañeros sin que ninguno lo desviase y tal tumulto de piernas despistó a Andrés Fernández, que se quedó haciendo la estatua mientras el balón se colaba en su red. Corría el minuto 37 y el Valencia tenía el partido donde no se había merecido.

El dominio del Huesca fue a más tras el paso por el vestuario. Mosquera marcó la raya de hasta dónde podían pasar los de Gracia y Ferreiro se puso a jugar. De no ser por Jaume, los oscenses hubieran empatado mucho antes del gol de Siovas. El asedio fue tremendo. La tuvo Seoane, Ferreiro y Pulido. Ni tan siquiera el acierto de Siovas hacía justicia a lo que se estaba viendo, pero al menos reconocía el esfuerzo de unos y la bisoñez de otros.

El Valencia solo hacía que achicar agua de su área y si sobrevivía en el partido era por su portero y el larguero, que privó a Okazaki de firmar un golazo. Hasta el minuto 76 Andrés Fernández no tuvo que volver a aparecer en escena y fue para blocar un lejano disparo de Kondogbia. Por más que Gracia movía el banquillo, los suyos seguían sin ir. No creaban, no rompían líneas ni apenas pisaban área. Solo sacaron vergüenza torera en el tiempo de añadido, pero ahí el Huesca supo estar en su sitio y defendió lo mínimo que se había ganado.