Un gol del marroquí en el descuento sirve para sumar tres nuevos puntos y espantar los fantasmas de la Supercopa de Europa.

El Sevilla repitió el guión de la primera jornada para sumar tres puntos más gracias a un gol en el descuento. La balanza se decantó gracias a un cabezazo de En Nesyri tras la enésima internada con pase al área de Jesús Navas. Un gol que supone la redención y el indulto para el delantero marroquí, que tuvo en sus botas la victoria en la Supercopa de Europa y que pareció alargar su depresión en Carranza en la primera jornada. Esta vez parecía ir por el mismo camino tras casi ni tocar la pelota desde que suplió a De Jong en el minuto 70, pero su oportunismo para adelantarse a Postigo y Duarte fue clave para el triunfo local.

Y eso que el Levante se plantó en Nervión con un plan perfectamente trazado para corto circuitar a los de Lopetegui. Un plan que se notó hasta en los pequeños detalles, como cambiar la portería hacia la que habitualmente ataca el Sevilla de inicio

La primera mitad se puede resumir en que ni Ocampos al principio, ni Morales al final, aprovecharon los regalos de Vukcevic y Diego Carlos respectivamente. La lentitud del nuevo césped del Sánchez Pizjuán provocaron imprecisiones y errores de los defensores, pero también fallos en el golpeo de los atacantes, puesto que tanto Ocampos como Morales fallaron del mismo modo, cruzando demasiado sus disparos. Entre medio de estas ocasiones, el Sevilla llegó más, pero sin acabar de acertar con la portería de Aitor, mientras que los fallos en el último pase dificultaban que el Levante inquietara a Bono. Entre que las ocasiones claras se desperdiciaban y los dos equipos parecían escasos de chispa, se llegó al descanso sin que el marcador se moviera.

En la segunda, el Levante casi renunció a atacar a cambio de que el Sevilla ni tirara entre los tres palos de la portería de Aitor. La desesperación iba cundiendo y la mejor muestra es la expulsión de Lopetegui. Sin embargo, En Nesyri salió de su estado depresivo para con un cabezazo firmar el pleno del Sevilla en las dos primeras jornadas y espantar a todos sus fantasmas.