Los asturianos se adelantaron en el 14′ y los franjirrojos reaccionaron, pero no fueron capaces de concretar sus innumerables ocasiones de la primera mitad. El Sporting sigue su racha.
Más vale una toma que dos te daré. El Sporting fue pura efectividad, la medicina que le faltó al Rayo para empatar tras un goteo de ocasiones. El conjunto local las tuvo de todas las formas y colores, eso sí, cuando ya iba por detrás en el marcador. Pedro Díaz se sacó de la chistera un golazo a los catorce minutos y Mariño se creció bajo palos cuando le ametrallaron. Ambos hicieron que los asturianos se sacudieran ladjukadependencia y prorrogaran la buena racha, nada más y nada menos que diez jornadas sin perder. Por su parte, los franjirrojos volvieron a incurrir en los errores del pasado y los brotes verdes de las últimas semanas se marchitaron.
El Sporting fue directo al grano, no permitió los trailers en esta película, acechando el área rival con un tiro de Aitor y un córner. El duelo se paró por un golpe fortuito entre Luca y Pablo Pérez. Y vuelta a empezar. El Rayo tejió una jugada que terminó con el centro de Fran García y un cabezazo desviado de Bebé. El partido iba a trompicones hasta que Pedro Díaz lo revolucionó con un golazo, desde más de 30 metros, directo a la escuadra. Luca no pudo hacer nada ahí, pero sí Mariño después, consiguiendo repeler un libre directo de Bebé que le botó justo delante.
Los franjirrojos reaccionaron, una vez más, al golpe y Pablo Pérez sacó in extremis, en la misma línea, un testarazo de Catena tras un saque de esquina. Los locales no levantaban el pie del acelerador. Mariño detuvo un mano a mano con Bebé y el larguero impidió el empate cuando Óscar cazó el rechace. El incombustible meta volvió a parar, en dos tiempos, un trallazo de Andrés desde la frontal. También lo intentaron Mario Suárez, Bebé y Qasmi. Milagrosamente los visitantes salieron secos del aguacero vallecano y lo apostaron todo a las contras y al balón parado.
Tras el descanso, los asturianos usaron la presión para aplacar el empuje rayista. Sus olas morían en el mediocampo, la Franja ya no era el tsunami de la primera mitad. De ahí que Iraola moviera el banquillo. Isi dio una descarga, pero su remate murió en las manoplas de Mariño. También Luca tuvo su cuota de protagonismo con un paradón a la falta lanzada por Pablo García. El técnico local metió más madera, aunque su equipo no conseguía reanimar el choque que estaba justo en el punto donde los de Gallego querían.
El Rayo no se daba por vencido, pero tampoco inquietaba como antaño. Se perdieron altos un cabezazo de Guerrero y un zurdazo de Advíncula. Los franjirrojos se enredaron en la trampa de los asturianos que cierran la jornada escalando una plaza se colocan cuartos, mientras que el Rayo se mantiene en la sexta, con la Ponfe pisándole los talones…