Pulido marcó el 1-1 en el 96′ pero fue anulado por mano de Siovas en un córner con los 22 en el área.
El Getafe gana con un gol de aguja de Arambarri.
Pacheta entró con fuerza en Huesca pero los resultados siguen siendo los mismos. Una nueva derrota, esta vez en el Coliseum de Getafe, deja al equipo más cerca de Segunda y acrecienta la pérdida de fe. Hasta el 1-0, el mejor del Huesca había sido el portero, Alberto, que sacó todo lo sacable pero que se zampó el remate de Arambarri:un gol de aguja, como decían los cultos de entonces, un gol por debajo de las piernas, como se ha dicho siempre.
Desde el primer día, el discurso de Pacheta fue de ganador, alentando a la tropa e ilusionando a la afición. Su puesta en escena también fue atrevida. Un esquema 3-4-3, con tres centrales haciendo guardia y con los rápidos y diabólicos Escriche, Rafa Mir y Ontiveros coleteando en punta. El colista, jugando con más delanteros que el líder.
Se disfrutó de un partido dinámico. En el minuto 11 Escriche lo hizo todo bien menos lo más importante: tener puntería en el disparo. Su control en carrera con el muslo mientras se colaba entre Etxeita y Djené fue mayúsculo, su orientación con el segundo toque resultó perfecta, su tiro rozando el poste (por fuera) lo estropeó todo.
En el 17’, disparo de Nyom desde fuera del área que sacó Albert. Un minuto después, la ocasión fue de Kubo (Take en la camiseta), en una falta directa que salvó la barrera pero que Alberto sacó bajo palos. Seguía la tormenta y, en el 20’, un remate de cabeza Siovas sacó astillas del poste izquierdo de la portería de Yáñez. Pero de todas, la que más cerca estuvo de entrar fue el tiro al poste de Arambarri (28’) de media volea.
El partido de ida y vuelta beneficiaba más al Huesca, con necesidad de victoria. Otra de las aportaciones de Pacheta fue el cuidado de las jugadas a balón parado. El Huesca remató de cabeza todas las faltas que puso dentro del área azulona en la primera parte. Mal defendido, claro.
Aleñá y Kubo siguen dándole al Getafe lo que no tenía: amplitud de repertorio, un abanico de triangulaciones y búsquedas de espacio que van mucho más allá que el juego directo en largo.
Kubo hace más ruido, pero Aleñá es mucho más jugador. Cuando el balón pasa por él siempre mejora la jugada, como en su disparo desde fuera del área en el 56’ que sacó a córner Alberto. Alberto, siempre Alberto, sacando otra bajo palos en el 69’ a disparo lejano de Arambarri.
El portero de la Selección Sub-21 estaba siendo el mejor del partido hasta que ese honor se lo arrebató Arambarri al hacerle un gol de aguja, colándole el balón por debajo de las piernas. El que más había buscado el gol, el que más cerca había estado de conseguirlo acabó lográndolo. Arambarri. ¿La asistencia? Del jugón: Aleñá. Aleñá mejora a todo el que anda a su alrededor, a Arambarri detrás, a Kubo y Cucurella en los costados y a Mata arriba.
Sin más opción que morir en el intento, el Huesca acogotó al final al Getafe. Hubo partido hasta el último segundo. Incluso gol. Llegó hasta el empate. Fue anulado. Sucedió en un córner en el minuto 95’. Subió a rematar hasta el portero Alberto. Entre las ansias de unos y los miedos de otros la jugada acabó siendo un ataque de nervios, con el balón rebotando en piernas y brazos, con todo el mundo soltando la pierna sin ton ni son. El balón acabó en la red porque allí finalizó el remate de Pulido, pero fue anulado por mano previa de Siovas.