Partida de ajedrez en Carranza, que acaba con reparto de puntos.
El VAR anuló un gol a Negredo por fuera de juego posicional de Lozano.
Partida de ajedrez entre Cádiz y Villarreal, en un encuentro sin apenas ocasiones reseñables, en el que ambos equipos pusieron de manifiesto sus armas. Los locales, que acumulan ya diez partidos sin ganar en su campo desde que llegó la pandemia, saborean el punto como bueno y ya son once, en este inicio de temporada.
Si hay algo claro es que el Cádiz va a disputar todos los partidos de esta Liga. La derrota en la primera jornada contra Osasuna fue un espejismo de lo que es capaz de dar este equipo y ante un grande como el Villarreal, le puso las cosas muy complicadas. Durante la primera parte el protagonismo fue para las defensas. Como si de una partida de ajedrez se tratara, ambos equipos intentaron percutir, esperando un error del rival. La posesión fue para un Villarreal sin chispa en ataque. Lo más (o único) reseñable de la primera parte fue una nueva intervención del VAR para anular un gol de Negredo, por fuera de juego posicional de Lozano. Desde Las Rozas se avisó a De Burgos Bengoetxea para que fuera a ver la jugada al monitor, porque aunque el hondureño no tocase la pelota, infuía en la salida para despejar de Pau Torres.
El Villarreal regresó de los vestuarios más enchufado y en los primeros compases empezó a darle más ritmo al juego. Los de Emery encontraron un filón por la banda izquierda y Alcácer, Coquelin y Trigueros, pusieron en aprietos la portería de Ledesma. Sin embargo, cuando más contra las cuerdas estaban los locales, Emery tomó la decisión de quitar a Kubo, para dar entrada a Chukwueze: menos magia, pero más potencia.
También movió el banquillo Cervera, dando entrada a Malbasic y Jairo, por Lozano y Negredo. Los locales no tenían la pelota, pero tampoco sufrían y el técnico entendió que su equipo podía hacer más daño a la contra, aprovechadndo la velocidad de Jairo. La sensación en los locales era la de asegurar el empate y si llegara una contra poder aprovecharla. Y lo cierto es que con el paso de los minutos, hubo mejoría en el bando local. El Cádiz comenzó a robar en campo contrario y a base de centros buscaron a un Malbasic que no pudo aprovechar ninguno.
En los últimos minutos los jugadores de Cervera notaron el cansancio y los visitantes apretaron. Alcácer y Bacca tuvieron ocasiones para inaugurar el marcador y ahí emergió la figura de Ledesma con dos grandes paradas. El meta argentino y el gran partido de Cala y Fali ocasionaron que el resultado no se moviera. Buen punto para los locales, que restan uno al objetivo de los 40 que marcan la salvación; y botín algo escaso para un Villarreal que quiere terminar en Europa.