El cuerpo presente del difunto permaneció 3 horas en la calle.
Una mujer con responsabilidad pública mantuvo cerrada las instalaciones para impedir que coincidieran 2 duelos por los aforos reducidos del Covid
Tanatorio de Agüimes, en el Sureste de Gran Canaria, deja a un muerto sin velar por la sustracción de la llave de la puerta principal.
Los hechos ocurrieron durante el sábado 7 de agosto de 2021, cuando parientes y amigos iba a honrar el féretro de A.R.T. y se encontraron el tanatorio, de propiedad municipal, cerrado a cal y canto.
En medio de una gran confusión y un dolor irreparable, los familiares y la propia empresa funeraria trataron sin éxito de que los operarios de las instalaciones permitieran el acceso del finado. Pero no hubo manera.
Hasta 3 horas esperaron con el cuerpo presente en la calle, delante de la puerta, a que aparecieran los responsables, pero solo encontraron la negativa por respuesta.
Después de llamadas incesantes y múltiples indagaciones, trascendió que el único juego de llaves estaba en posesión de una mujer con responsabilidades públicas quien, al parecer, esperaba a esas horas (media tarde), el fallecimiento de un ser querido y pretendía evitar la coincidencia de 2 difuntos por los límites de aforo que impone el protocolo Covid.
El tanatorio municipal de Agüimes dispone de varias salas para los duelos, pero cuenta con un atrio ajardinado separado por una verja de color negro que, inicialmente, impedía la entrada a cualquier persona.
Por causas no esclarecidas, el juego de llaves fue a parar a esa persona con proyección pública aunque sin competencia institucional en materia de cementerios y velatorios.
La familia advirtió con presentar una denuncia ante la Guardia Civil, pero ni por esas se abrió el tanatorio.
En medio del sufrimiento y el llanto de cuantos acudieron a despedir A.R.T, , natural del Agüimes, los presentes y la funeraria optaron por trasladarse al tanatorio del cruce de Arinaga, donde encontró el descanso y reconocimiento que se merecía después de dejar una honda huella entre familiares y amigos.
A través de las redes sociales, la familia ha querido que “se sepa que en el pueblo de Agüimes existen autoridades que se saltan el protocolo por tener un cargo, pero les falta respeto y dignidad“.
Este periódico intentó, sin éxito, que el Ayuntamiento de Agüimes ofreciera su versión de los hechos.